TAURO parece haber nacido para amar en el más amplio sentido del término. Amar los objetos que le rodean, a las personas a quienes conoce, la tierra y la vida..., hasta considerar frustrada su exisencia si no logra amar. No se trata de un deseo de amar, sino de una necesidad fisiológica de amor. Como tampoco de jugar al amor. Su naturaleza se hace profunda, apasionada, apenas tocamos esa faceta de la vida llamada amor. Pero tanto en el sentido sentimental como en el carnal, como en el materialista y sexual. Amor espiritual, sentimental. Y amor apasionado, fuerte, sexual, fundiéndose las dos clases de amor en uno sólo, capaz de llegar a los máximos extremos también en ambos sentidos.
jueves, 2 de febrero de 2012
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